sábado, 18 de diciembre de 2010

Intrahistoria: Evitar una derrota sin saltar al césped

Esta historia es verídica y su protagonista (D'Alessandro) me la relató tal y como la expongo, aunque, evidentemente, colombianos y argentinos tendrán versiones distintas.

11 de Abril del año 1973, partido de semifinales de la Copa Libertadores, por ese entonces las semifinales se jugaban como un triangular de tres equipos que se habían clasificado en la fase de grupos, en este caso, Millonarios de Colombia y los argentinos Independiente y San Lorenzo.

El encuentro del 11 de Abril fue el disputado por Millonarios y San Lorenzo en el Estadio El Campín, de Bogotá. El conjunto colombiano venía de vencer 1-0 a Independiente y una victoria ante su otro rival argentino hubiese supuesto un paso casi definitivo para alcanzar la final. Fue un encuentro táctico, aburrido, donde primaron las defensas y las ocasiones de gol eran escasas, el entrenador de San Lorenzo, Juan Carlos Lorenzo, arengaba a los suyos para no perder la posición y contener los ataques de los colombianos que trataban de ir hacia arriba espoleados por su afición.

En la segunda mitad ocurrió el 'escándalo': El árbitro de la contienda, el brasileño Sebastiao Rufino, decretó un lanzamiento de libre indirecto a favor de Millonarios. Julio Gómez saca la falta y (según los colombianos) el delantero paraguayo Apolinar Paniagua 'peina' ligeramente el esférico con la cabeza tras lanzarse en 'plancha' y el balón entra en la meta argentina defendida por Agustín Irusta. Según la versión argentina, nadie toca el balón, que se introduce directamente tras el saque de falta de forma ilegal por ser la falta indirecta. Lo cierto es que, mientras los jugadores de Millonarios celebraban el tanto, del banquillo de San Lorenzo se levantó su arquero suplente, Jorge D'Alessandro, y se fue rapidamente hacia el juez de línea al que gritó: "No se cague, no se cague, usted sabe que fue indirecto" (Dando por hecho que el delantero no había rematado el esférico). Tras unos instantes de duda, el juez de línea llamó al árbitro Rufino que decidió anular el gol. La grada se volvió loca.

El ambiente se encendió más si cabe cuando Sebastiao Rufino anuló posteriormente otro gol a Millonarios de Delio Gamboa tras decretar falta al portero en un remate de cabeza que acabó dentro de la red. El partido finalizó 0-0 con el colegiado teniendo que salir escondido en una ambulancia del campo ante la avalancha de aficionados y jugadores colombianos que lo buscaban.

Millonarios impugnó el encuentro pero el resultado no se anuló y sólo consiguieron que el árbitro Rufino fuese suspendido durante 60 días de sus funciones. En el encuentro decisivo, San Lorenzo cayó derrotado 0-1 ante Independiente que, a la postre, se alzaría campeón de esa Copa Libertadores 1973 derrotando al conjunto chileno de Colo-Colo.

A partir de ese día, en Colombia, ese encuentro se define con un titular: "Hubo mucho Rufino...(rufián, ladrón)", pero lo cierto es que es la única ocasión en la que un futbolista logra un resultado para su equipo sin saltar al terreno de juego a disputar un sólo minuto.

2 comentarios:

  1. Una buena historia, aprovecha estos momentos, que poder estar cerca de los "sabios" que te rodean es un sueño.

    Un saludo!!

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  2. Qué grande es Jorge... un tipo inconfundible. Ya le veo en la banda diciendole al juez de línea cosas como las que les dice a los tertulianos en Punto Pelota. Es un verdadero crack. Si tiene más historias de estas animadle para que las cuente en el programa!! Un saludo!!

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