Los mundiales no se juegan...se ganan

La selección española está recibiendo muchas críticas por el juego pero ya está en octavos de final. Personalmente creo que el mejor partido de los tres disputados fue el primero, precisamente el que perdió 1-0 ante Suiza. Contra Honduras no tuvo puntería pero no jugó mal, con un Fernando Torres más inspirado la victoria hubiese sido mucho más holgada.

Anoche ante Chile la selección fue superada en el inicio del encuentro, Bielsa dispuso superioridad en el mediocampo y Xavi quedó ahogado, Iniesta no se adaptaba a la banda y Torres era un islote al que no le llegaban balones, sin embargo, España no perdió la calma, se replegó bien atras con la tranquilidad que aportan Piqué y Puyol y espero su oportunidad, algo por lo que no se le puede reprochar nada. La oportunidad llegó y un superclase como David Villa metió un golazo antológico, si algo le sobra a nuestra selección es jugadores de calidad.

La dureza de Chile no es una novedad, son un equipo de garra que siempre va al límite, contra Honduras ya debieron de quedarse con algún futbolista menos y no se les puede juzgar por ello, es su forma de ver el fútbol, lucha atrás y velocidad arriba con Beausejour y Alexis Sánchez. Me gusta su apuesta y no descarto, para nada, que puedan eliminar a Brasil.

Las críticas a la selección tampoco las comparto, estoy de acuerdo en que Torres no está fino, que Iniesta se pierde en la banda y lo que le gusta es entrar por el centro, que no hubiese utilizado dos pivotes ante selección más débiles y un largo etc... pero no creo que ese sea el tema. España está en octavos de final, ha superado la primera criba y ahora llega el ganar o morir, cuatro finales para llegar al éxito mundial. Portugal es, seguro, mucho más complicado que Paraguay o Japón y la victoria en el derby ibérico reforzaría la confianza de todos los aficionados recelosos con lo visto hasta ahora. No nos confundamos, los partidos en un mundial hay que ganarlos aunque sea de penalti injusto, porque el buen juego sin títulos no pasa a la historia. Si además de ganar se puede desplegar un fútbol brillante y alegre hay que mostrar admiración, pero no nos equivoquemos en las prioridades.